La Medicina Biológica es una concepción de la medicina que parte de una visión holística del paciente. El fundamento de este punto de vista es absolutamente científico. No es otra medicina o una medicina alternativa, sino que se diferencia de la medicina alopática o tradicional por su modo de concebir al paciente y al organismo.

Naturalmente, el organismo tiene mecanismos de autorregulación para llevar adelante las funciones y los procesos vitales, que le permiten lograr su estado de equilibrio, que en medicina se llama “homeostasis”.

Pero en la vida cotidiana, el organismo se ve invadido constantemente por diferentes toxinas, de origen exógeno (medio ambiente, excesos de medicación, mala alimentación, etc.) y de origen endógeno (mal funcionamiento de los sistemas y órganos vitales, estrés, etc.).

Estas toxinas producen la alteración de estos mecanismos de regulación y se origina un desequilibrio. Este desequilibrio se puede manifestar a travès de síntomas específicos y/o síntomas inespecíficos.

La medicina alopática trata sólo los síntomas y no las causas de los distintos problemas. Por lo tanto, los pacientes no solamente no logran restaurar el equilibrio natural, sino que muchas veces están polimedicados (ingieren una gran cantidad de medicamentos), generando una mayor intoxicación. En consecuencia, el organismo está cada vez menos preparado para poner en marcha sus mecanismos de regulación..

La Medicina Biológica permite, con herramientas naturales, recuperar el equilibrio y así reorganizar y fortalecer todos estos mecanismos de autorregulación. De este modo logramos, de forma natural, proveer al organismo de todos los elementos necesarios para el mejor funcionamiento celular, lo cual se traduce en una mejor calidad de vida y en un organismo más preparado para afrontar las complicaciones habituales de la vida cotidiana.